En las bibliotecas españolas apenas cabe una aguja. Miles de opositores estudian de 5 a 8 horas diarias (los hay quienes incluso más) para conseguir esa ansiada plaza de funcionario este 2018. Muchos de ellos tienen esperanza pues es la convocatoria con mayor número de plazas en años, pero precisamente por eso también es la convocatoria con mayor número de inscripciones. De hecho, los últimos datos estiman que, de media, hay el triple de candidatos por plaza que cualquier otro año anterior.
“Todo aquel a quien le pregunto me dice que se va a presentar, que va a intentarlo”, asegura Marina Blaya, quien lleva trabajando ya cuatro años como psicopedagoga del estado en varios colegios pero sin plaza fija. “Soy interina, y lucho por una plaza fija desde hace muchos años por lo que saber que este año hay más número de plazas me cera ilusión y esperanza. Ahora bien, también creo que se presentan el doble de personas”. Y no va muy desencaminada, de hecho, aún son más pues las estimaciones dicen que son casi tres veces más el número de ciudadanos que va a presentarse a esta próxima oposición de enseñanza en Junio de 2018.
Preparadores Valladolid, la conocida academia de oposiciones de enseñanza, asegura que el número de alumnos ha aumentado notablemente desde 2017 y, de hecho, han tenido que abrir más aulas virtuales para poder dar servicio a todos los alumnos que se quedaron fuera de las clases presenciales.
Miedo a las trampas
Si ante un examen al que acudían 200 personas por aula ponían unos 4 o 5 vigilantes, ahora, donde el número de aspirante ha aumentado tanto, ¿cuánta vigilancia tendrán que poner? Muchos estudiantes temen que no se esté preparado para poder ofrecer la seguridad necesaria y algún intento de copia lleve al traste toda la oposición como ya ha ocurrido en otras ocasiones con el cuerpo de bomberos o enfermería. Recordemos, por ejemplo, que este año se harán dos exámenes de oposición de celadores, una de ellas correspondiente a la ope de 2015 que por un error en los exámenes se vio paralizada y no ha sido hasta este cuando han decidido retomarla.
Sin embargo, la mayoría de las comunidades aseguran que tendrán todo bajo control. La Junta de Extremadura garantiza que la convocatoria de oposiciones docentes de 2018 cuenta con «las máximas garantías jurídicas». Del mismo modo se garantiza en la mayoría de autonomías, algo que, en el fondo, no tranquiliza a los aspirantes. “Si paralizan el examen y deciden repetirlo, pueden pasarse años hasta que decidan hacerlo y eso significa que neustro esfuerzo se verá ninguneado” afirma de nuevo Blaya.
Por otro lado, los sindicatos piden al Estado que no queden plazas desiertas, algo que también se viene temiendo desde que se dio a conocer el número de plazas que saldrían en la OPE. Según ha informado el sindicato Comisiones Obreras en un comunicado, en la fase de concurso se evalúan las capacidades y aptitudes pedagógicas y didácticas de los aspirantes y, por ello, consideran «primordial» que el mayor número de aspirantes posibles puedan realizar esta segunda prueba para «garantizar una valoración global de los docentes». No obstante, CCOO ha valorado que la Conselleria de Educación «se haya comprometido a formar a los tribunales antes de la realización de las pruebas» con el fin de «facilitar que el máximo número de docentes pasen a la fase de concurso».
La experiencia, lo que más contará
Otro dato a tener en cuenta en estas próximas oposiciones es que aquellos que llegan por primera vez lo tendrán bastante más complicado que aquellos que ya han trabajado previamente en la docencia. El Consejo de Gobierno ha aprobado el acuerdo que determina el orden de las pruebas que tendrán que realizar los aspirantes que se presenten a las próximas oposiciones a Secundaria, que tendrán lugar el próximo 23 de junio Las pruebas seguirán el mismo orden que en las convocatorias anteriores, es decir, en primer lugar se realizará la prueba referida a los aspectos científicos de la especialidad, y después la segunda parte, de contenido pedagógico y didáctico. Además, el Consejo de Gobierno ha dado luz verde al nuevo baremo para dichas pruebas, con una valoración de la experiencia previa que pasará a ser de hasta 7 puntos sobre los 14 posibles del baremo de méritos, frente a los 5 puntos máximos valorables anteriormente.
Por un lado es justo pues son aquellos con más experiencia los que, por lógica, más destreza y capacidades tienen a la hora de ejercer su labor en el profesorado, pero de cara a la igualdad de oportunidades esta nueva baremación roza un poco lo injusto. ¿No lo creen así?