Seguridad vial para evitar accidentes

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A pesar de que la seguridad vial debe basarse en una adecuada educación vial que cubra todas las etapas vitales desde la formación a futuros padres y madres hasta la tercera y cuarta edad, y con especial atención a la etapa escolar, también es cierto que la seguridad de los vehículos y la calidad de las carreteras son otros de los elementos clave del sistema de tráfico y a menudo están infravalorados. Hoy vamos a hablar de las posibles mejoras en estos dos sentidos, empezando por los sistemas de seguridad y de construcción de calidad en carretera que potencia Industrias Duero en nuestro país y que exporta al exterior.

Con una amplia gama de equipamiento de Seguridad Vial, así como con elementos y productos de gran calidad y altamente competitivos, Industrias Duero se ha consolidado como empresa líder en el mercado español y una de las principales compañías a nivel internacional. Sus productos para la protección de carreteras se venden con todas las garantías de calidad según las normativas vigentes internacionales, y los gobiernos, encargados de velar por nuestra seguridad, no deberían escatimar recursos en sistemas de protección, como son sus barreras metálica, los sistemas motoristas, los atenuadores de impacto, los pórticos y banderolas, las barandillas de protección peatones y carreteras, y los postes y soportes de señalización.

En Industrias Duero hacen un estudio de implantación de sistema de protección de carreteras, fase previa a la construcción de la carretera o vía. En esta fase, se participa asesorando, colaborando  o realizando el estudio según la normativa vigente de cada país, trabajando activamente con empresas e instituciones por la mejor seguridad de sus usuarios.

Pero además, conviene prestar también atención a otros sistemas de seguridad que se han popularizado en los últimos años en los coches como el antibloqueo de frenos, el control de la estabilidad o el airbag, y todos los vehículos a la venta en estos momentos disponen de los mismos. Según un estudio, por ejemplo, el sistema de control de estabilidad reduce los accidentes mortales entre un 25 y un 56 por ciento, mientras que el airbag reduce el riesgo de muerte entre un 25 y un 30 por ciento. Además, ahora las oportunidades son mucho mayores con los nuevos sistemas de asistencia a la conducción.

En las carreteras y calles españolas se producen más de 95.000 accidentes anualmente, con unas consecuencias de casi 1.700 fallecidos y 9.500 heridos graves (hospitalizados). El factor humano sigue estando presente en la mayoría de los siniestros y, como causa principal de muchos accidentes, las distracciones al volante. En España, después de 13 años de descenso en el número de víctimas, en 2016 aumentaron los fallecidos en carretera: 29 personas más que el año anterior perdieron la vida como consecuencia de un accidente de tráfico (datos provisionales únicamente para carretera y dentro de las primeras 24 horas posteriores a la ocurrencia del accidente). ¿Cuántos de estos accidentes se deben a distracciones? ¿Cuántos se podrían haber evitado con la tecnología actual? Los datos al respecto son contundentes: según un estudio de la DGT, hasta un 57% de los accidentes podrían evitarse si los vehículos estuvieran equipados con estos sistemas ADAS de prevención de accidentes.

Posibles medidas de seguridad que debería tener en cuenta el Gobierno

Por este motivo, para reducir el número de accidentes que son evitables, existen medidas de seguridad que deberían incluirse en los futuros planes y estrategias de seguridad vial. Destacamos las siguientes:

  1. Propiciar que todos los vehículos que circulen por las carreteras españolas estén equipados lo antes posible con los últimos avances tecnológicos en materia de seguridad activa y pasiva. En el caso de los vehículos nuevos, se debería facilitar que los siguientes sistemas fueran equipamiento de serie en todos los vehículos, incluidos los más pequeños y económicos: sistemas de detección de riesgo de atropello de peatones y ciclistas; dispositivos de detección de riesgo de colisión frontal con otros vehículos u obstáculos, tanto aquellos que alertan al conductor como, con especial énfasis, aquellos con frenado automático; sistemas de alerta de cambio involuntario de carril; cámaras de marcha atrás; sistemas de vigilancia del ángulo muerto e identificación de otros vehículos en paralelo; sistemas de detección de peatones, ciclistas y motocicletas para vehículos pesados (autobuses y camiones), particularmente aquellos destinados a circulación en entornos urbanos; y detectores de fatiga y, muy en particular, sistemas de evitación de distracciones.
  2. Promover e incentivar la actualización en materia de seguridad activa del parque automovilístico existente a través de la instalación de sistemas ADAS de asistencia a la conducción en los vehículos ya en circulación. La tasa de renovación de la flota en España no llega al 5% anual y solo el 20% de los modelos comercializados llevan como opcionales algunas de las funciones ADAS principales. Existen sistemas ADAS que se pueden instalar en todo tipo de vehículos en circulación, permitiendo actualizar la seguridad del vehículo e incorporar funciones clave de asistencia a la conducción, como alerta de atropello a peatones y ciclistas, alerta de colisión frontal con vehículos, alerta de salida involuntaria de carril, alerta de mantenimiento de la distancia de seguridad, alerta de exceso de velocidad, alerta de detección de peatones, ciclistas y motocicletas en ángulos muertos de vehículos largos (autobús, camión…), entre otras.
  3. Fomentar las tecnologías embarcadas de ayuda a la elección de velocidades seguras. De hecho, en 2016, 4 de cada 10 conductores implicados en accidentes con víctimas superaban los límites máximos de velocidad permitidos en el momento del siniestro. De no haber existido ninguno de dichos excesos de velocidad, se habrían evitado un total de 379 vidas, y evitarse un total de 1.852 heridos graves cada año.
  4. Promover la instalación de cajas negras, limitadores de velocidad en todos los tipos de vehículos a motor y lo más importante, “alcolocks” en los vehículos de conductores profesionales y las personas con problemas de adicción al alcohol y vehículos titularidad de las administraciones.
  5. Impulsar un nuevo Plan PIVE para facilitar la renovación del parque automovilístico garantizando que se fomente un parque de vehículos tanto más seguros como más ecológicos. El nuevo plan debe incluir de modo muy preponderante criterios relativos al equipamiento de seguridad preventiva, activa y pasiva de los vehículos. En este sentido debería establecerse una graduación de los apoyos económicos en función de los niveles de equipamiento adicional (no obligatorio), como pueden ser alertas de colisión, salida de carril, mantenimiento automático de la distancia de seguridad, sistemas de airbags adicionales, cámaras traseras, etc.
  6. Dicha graduación o identificación de la seguridad de los vehículos podría implementarse mediante la incorporación de una etiqueta que presente de modo claro y comprensible para el consumidor el nivel y equipamiento de seguridad del vehículo en el momento de su venta como nuevo y que acompañe a la documentación del mismo.
  7. Diseñar acciones que permitan a los ciudadanos y los compradores conocer las características, ventajas y limitaciones de los nuevos sistemas de seguridad de modo que, gracias a dicho conocimiento, los valoren positivamente y, gracias a ello, los demanden en el momento de la compra del vehículo o los instalen en los vehículos ya en circulación.
  8. Anticipar y, en caso, prevenir posibles efectos adversos del vehículo conectado y del vehículo autónomo (distracciones, por ejemplo).

 

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