El mundo ha cambiado, y no sabemos si para mejor. Ahora los más pequeños no quieren ser futbolistas, ni cantantes, ni médicos. Ahora quieren ser youtubers e influencers. ¿Qué es eso? Pues personas que se ganan la vida contando historias o mostrándose en las redes sociales. Las cifras marean y te llegan a replantearte hacia dónde vamos en esta sociedad.
En el caso de un mensaje en Twitter/Facebook, entre 80 y 100 euros por post en caso de tener 10.000 fans/impresiones; 300 euros para 50.000 fans y hasta 3.000 para medio millón. Se paga mejor Instagram: 120-150 euros por foto para 10.000 fans; 500 euros por 50.000 impresiones y a partir de 2.500 euros en el caso de tener más de medio millones de followers. ¿Qué se paga más? Los vídeos de Youtube: entre 150-300 euros por 10.000 seguidores, y 10.000 euros por medio millón de followers. Como puedes comprobar son muchos euros en juego.
El éxito de los influencers le ha llevado a crear sus propios productos. El ejemplo más claro lo tenemos es Aida Domenech, más conocida como Dulceida, tiene su propio perfume, bañadores, prendas de ropa y joyas. Pero no es la única, ahora todo el mundo quiere ser n noticia en IG y crear tendencia entre los jóvenes, que es el público más accesible.
Pero la gran pregunta es ¿por qué triunfan? Vamos a intentar dar respuestas aunque sinceramente ni yo lo sé. Supongo que todo se basa en la sociedad actual. Aquí tienes el ejemplo de cuatro influencers que dan sus secretos para triunfar.
Estética cuidada
Vivimos en la época de la belleza. Todo tiene que ser bonito y lo feo no vale. Todo lo que tocan y crean es con una estética personal y cuidada que hace que se diferencien de los demás.
Saben cómo venderse
Todo lo que hacen tiene el propósito de gustar a la gente y captar su atención, por lo que tanto bloggers como influencers son capaces de convertirse en un anuncio andante que sabe qué y cómo conseguirlo. Han sabido muy bien explotar el marketing. «Creo que la gracia está en combinar prendas económicas con otras que no lo son tanto. Cuando empecé, vestía low cost, y mis lectoras se sentían identificadas”, asegura Emelie Natasha, una influencer de origen sueco pero que vive en Barcelona.
Crean su propio estilo de vida
Destinos paradisiacos, comidas en los restaurantes de moda, amistades ‘cool’, fotografía impecable… todo ello es parte de la envidiable vida de un influencer. Muchas veces seguimos a famosos porque son lo que nos gustaría ser. Sin embargo, no todo es oro lo que reluce, y en muchas ocasiones se encargan de crear un mundo que no es el verdadero. Una cultura de lo fácil. No es normal que gente de menos de 18 años estén ganando más dinero por mostrar fotos en su perfil de IG que chavales que se han matado a estudiar.
La cuestión llega a extremos de que si una famosa de turno ha sacado un bikini en su foto de Instagram, todas las usuarias se lanzan a por él. Muchas otras siguen pensando que lo mejor es entrar en la web de una firma y ahí comprarlo. Así hago yo. Entro en Lencería Paqui y compruebo lo que se llevará este verano y con grandes descuentos. No tengo que ser como una oveja y comprarme ese bikini o traje de baño porque Fulanita de Tal lo ha sacado en sus redes sociales.
Y es que Instagram es, probablemente, una de las plataformas más efectivas que tienen los influencers para vender marcas. Aún así estas no deberían concentrar todos sus esfuerzos únicamente allí, ya que una plataforma puede ser muy efectiva para una marca, pero puede no serlo para otra.
¿Qué te parecen estas modas? Yo creo que deberíamos parar y recapacitar donde queremos llevar nuestras vidas, o mejor dicho las de nuestros hijos. En ocasiones es duro saber que el ídolo de tu hijo es una persona que no tiene estudios, que no conoce la cultura del esfuerzo, y que lo único que ha sabido hacer en su vida es posar ante una cámara y mostrar la ropa que le más le gusta.