La formación, siempre de actualidad

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Formarse es la mejor manera de aumentar nuestra cultura. Es curioso, pero cuando somos pequeños o adolescentes, íbamos a las academias como un castigo, normalmente era para sacar las asignaturas que no habíamos aprobado, por lo que no se iba para aprender, se iba para aprobar.

Uno necesitaba aprobar no para ser más listo, lo que quería era que los padres no le echaran la bronca o para poder jugar más en la calle. Con el tiempo, te das cuenta, especialmente cuando tienes hijos, de que las academias, además de ayudarte a aprobar, si ponías de tu parte, claro está, también son capaces de enseñar muchas cosas.

Actualmente hay muchos niños o jóvenes que van a una academia no solo para mejorar las asignaturas en las que necesitan más ayuda, también lo hacen para mejorar su inglés, matemáticas o lengua.  Hay algunas clases como chino que demuestran una gran capacidad por aprender un idioma que, con una curva de aprendizaje realmente alta, qué decir de las personas de fuera de España que se apuntan a español para extranjeros, sea por necesidad de encontrar un trabajo o por integrarse más son personas que no van solo a pasar el rato.

Existen Academias como Pupilos.es en Sevilla, que se vuelcan en que los alumnos no solo vayan a sus clases a aprobar, son conscientes de que transmiten conocimientos e intentar orientar a los alumnos. Los colegios o institutos normalmente no pueden pararse tanto como quisieran en cada alumno, por lo quitando los más destacados, los demás suelen quedarse sin esa orientación.

Este papel pueden jugarlo las academias, las cuales pueden dar un asesoramiento válido por parte de profesionales de la enseñanza que también han pasado por la misma fase quizás que ese estudiante que no sabe a que dedicarse el día de mañana o que duda en si apuntarse alemán o a chino.

Cuando fui a apuntar a la academia a mi hija para la academia de verano, estuve hablando con algunos padres y todos coincidíamos en la poca visión que teníamos muchos de lo importante que era tener cultura para el día de mañana, nos lo decían nuestros padres, pero como decía al principio, solo pensábamos en jugar.

En mi caso, un profesor que me daba matemáticas, además de ayudarme a aprobar, se quedó un día de septiembre que fui para comunicarle mi aprobado, para hablar algo tan simple como… ¿qué te gustaría ser en la vida? Nadie me lo había preguntado y fue mi profesor de academia.  Empecé a soltar mis ideas, pero tenía claro que era una persona que se dedicaría a las letras. Con ese profesor saqué buenas notas en matemáticas y las dejé de tener manía, pero descubrí que quería ser periodista.

Más que intentar solo aprobar, lo que hay es que educar en la necesidad de aprender

Así que ahora que tenemos que llevar a nuestros hijos a la academia de verano para que recuperen, no solo les digan que intenten aprobar, también que intenten aprender. Sé que es complicado que les hagan caso, pero intenten poner de su parte y decirles, que hasta una academia en verano puede ser uno de esos momentos reveladores que pueden separar la delgada línea entre el éxito en el futuro o un fracaso académico.

 

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