Estamos acostumbrados a escuchar que la vida del estudiante es la mejor. No seremos nosotros quienes nos quejemos de nuestra vida porque es cierto que todavía somos jóvenes y podemos permitirnos salir y no vivir demasiado estresados durante algunos de los meses que componen el curso. No obstante, en nuestra defensa diré que, en los últimos años, hemos sido uno de los sectores de la sociedad peor tratados, con una subida de tasas, un empeoramiento de la calidad educativa y escasas opciones de ingresar en el terreno laboral.
Aunque nos vendan la moto de que estamos saliendo de la crisis, sigue siendo muy complicado para los jóvenes encontrar trabajo. La tasa de paro juvenil, que se sitúa en torno al 50%, así lo atestigua. Nuestra esperanza consiste en formarnos lo mejor posible para encontrar una salida laboral de acuerdo a nuestras expectativas. Y la universidad pública está dejando de ser una opción en este sentido.
El año pasado comencé mis estudios de grado. Siempre he mostrado un gran interés por estudiar Turismo y complementarlo con estudios en otra materia, tal como la Dirección y Gestión Hotelera. A tal efecto me había preparado a conciencia para la selectividad. Mi nota era lo suficientemente alta para que todas las universidades públicas me escogiesen como alumno. Por eso no tenía de qué preocuparme.
Sin embargo, en cuanto comencé a recabar información de las diferentes universidades públicas que contaban con el doble grado que estaba interesado en realizar comenzaron a asaltarme las dudas. El itinerario formativo no me convencía, los profesores no guardaban relación con las materias que impartían o el temario no era lo suficientemente completo para mi gusto. Necesitaba explorar otras opciones antes de tomar una decisión que resultase definitiva.
Una de esas opciones llegaba de la mano de una entidad como Formatic Barcelona, una entidad privada que ofertaba el doble grado que deseaba cursar de una manera muy diferente a como operaban las universidades públicas. Según lo que había podido leer en diferentes artículos, estudiando allí tendría muchas más posibilidades de encontrar una salida laboral, de hacer contactos importantes y de labrarme así el futuro que yo deseaba con todas mis fuerzas.
Dispuesto a dar el paso
Estaba firmemente convencido de que para mí la mejor opción era precisamente Formatic Barcelona. Así se lo hice saber a mis padres, que de inmediato entendieron mi postura y la secundaron. Comenzaba entonces un periodo en el que tendríamos que contactar con aquella entidad e iniciar los trámites pertinentes para solicitar mi ingreso allí y cumplimentar la matrícula. Por suerte, los trámites fueron rápidos y nadie presentó ninguna objeción a mis pretensiones.
Así las cosas, el pasado mes de septiembre comencé mi carrera universitaria y la verdad es que, después de un año, no tengo nada de lo que quejarme. Tengo la ayuda de los mejores profesores, que son profesionales en activo que trabajan para empresas ligadas al gremio en el que quiero involucrarme, Tengo asignaturas que realmente valen la pena y que de verdad me preparan para el tipo de situaciones a los que me enfrentaré en unos años. Tengo también una secretaría que no pone ninguna pega a la hora de ayudarme con cualquier trámite. En definitiva, no me hace falta de nada en una escuela como la que elegí el pasado verano.
Todavía faltan cuatro años para que cierre este periplo de mi vida, pero lo cierto es que estoy encantado. Como cualquier otro estudiante, tengo el suficiente tiempo para todo lo que deseo hacer. Eso no difiere entre quien asiste a la universidad pública y quien, como yo, apuesta por otro tipo de educación universitaria. Creo que no me puedo quejar.
La sociedad demanda profesionales preparados para moverse en cualquier tipo de situaciones. La universidad pública presenta en la mayoría de sus casos muchas deficiencias que no se solucionan y que hacen de la ‘otra vía’, la de la formación privada, una auténtica necesidad. Mi caso, al menos, es un ejemplo de ello. Y es que estoy convencido de que cuando termine mi carrera seré una de las personas mejor preparadas dentro de mi ámbito. Todo gracias a Formatic Barcelona.