La donación de semen, una cuestión de justicia social

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Todos tenemos asumido, en algún lugar de nuestra mente, que el hecho de ser padre o madre es algo natural y que cualquiera de nosotros tiene acceso a ello en cuanto se lo proponga. Pero la realidad es bastante más fea y más cruel que esa mera teoría. Lo cierto es que hoy en día, y en un país como España, miles de hombres y otras tantas mujeres ven como, por sus propios medios, no pueden tener descendencia. Y, como decimos, eso ocurre entre nuestros vecinos e incluso entre nuestros familiares.

Hace algunas décadas era mejor que nadie se enterara de una situación como tal, porque la persona que padeciera este tipo de problemas corría el riesgo de ser excluido socialmente en una España en la que no se admitían cosas que se salieran de lo normal. No obstante, y por suerte, han cambiado mucho las cosas dentro de nuestras fronteras. Tanto que en España ya no hay motivo para esconderse. Ahora somos líderes en la donación de óvulos y también en la de esperma.

En efecto, ser donante de semen en un país como el nuestro ya forma parte de lo normal. Miles y miles de españoles lo han intentado con más o menos éxito puesto que, tal y como informó la página web de eldiario.es en un artículo publicado a mediados de julio de 2010, el 90% de los hombres del país no es apto para donar esperma. Una de las principales razones que se observan desde nuestro sistema de salud es la obesidad que sufre buena parte de nuestra población masculina.

Sin embargo, y según anunció el portal web Bebésymás.com, son al menos 15.000 los niños y niñas los que nacen en España gracias a la donación de óvulos y de esperma, una cifra que pone en evidencia que nuestro país es una referencia dentro de este campo y que cuenta con profesionales que realmente tienen la experiencia suficiente como para hacer venir a una nueva criatura hasta nuestras vidas siguiendo un proceso como el de la donación, que no es que sea peligroso, pero que todavía no cuenta con el beneplácito de toda la sociedad.

Por suerte, la sociedad española ha conseguido derribar muchos de los tabúes y prejuicios que existían hace tan solo unas décadas en torno a un proceso como lo es el de la donación de esperma o el de la donación de óvulos. Así lo han hecho saber algunos de los trabajadores de Ivi Dono, quienes, manejando una gran parte de los datos que presenta el sector durante los últimos años, han extraído la conclusión de que, por regla general, los españoles han terminado por aceptar esta clase de procesos.

Una ilusión, una vida

El objetivo de todos los profesionales del sector y de todo aquel que se somete a él es el más digno y el más respetable de todos cuantos se pueden dar: el de darle la vida a una nueva criatura. Un objetivo que ha terminado imponiéndose sobre todos los prejuicios que existen en una sociedad que por fortuna ha cambiado alguno de los patrones que la hicieron ser, sin lugar a dudas, una de las más atrasadas y anquilosadas de Europa hace no demasiado tiempo.

Todos los estamentos sociales se han dado cuenta del verdadero problema que supone, para una persona, no tener la posibilidad de tener descendencia, algo que puede ocasionar depresiones de todo tipo y que pueden hacer que la persona en cuestión pierda las ganas de luchar por el resto de propósitos que algún día marcó en rojo para el proyecto de su vida. Hacer visible este problema y darle cobertura y apoyo a todas las personas que lo padecen es fundamental para que podamos contribuir a lograr el sueño de su vida: tener un niño o una niña.

El futuro se presenta alentador para todas esas personas que han caído en la desgracia de no poder tener descendencia de manera natural. Ya nadie podrá separarles o dificultarles su sueño, ni tampoco excluirlos. Ellos y ellas no han tenido la culpa de tener los problemas que han tenido. La justicia divina ha puesto en su camino el mejor método para seguir teniendo la posibilidad de ser padres y madres. Todos y todas tenemos derecho a ello. Es lo más grande que le puede pasar a un ser humano.

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