El caballo es uno de los animales, junto con el perro, que mejor equipo forma con el ser humano. Sin desmerecer a otros animales que también se han convertido en verdaderos compañeros de vida. La nobleza de los équidos, la elegancia, su inteligencia y capacidad para hacer lo que se les ordena con un simple gesto del jinete, los convierte en uno de los animales que más actividades realiza con el hombre (y la mujer).
Desde terapias asistidas con animales, donde son de los más solicitados hasta paseos por rutas programadas en los campos y tierras españolas. Los équidos, están muy presentes en nuestras vidas. ¿A quién no le gustaría tener uno? En otros tiempos, la posibilidad real de tener un caballo, era factible. Actualmente, solo algunos privilegiados o privilegiadas pueden contar con tener en propiedad a su propio amigo équido.
Solo por las dimensiones y el espacio que necesita un animal de estas características, la posibilidad de poseer uno, se ven muy limitadas. Sin embargo, para aquellos que sientan inquietud respecto al mundo ecuestre y quieran iniciarse o estén en ello, hemos hablado con los expertos y amantes de los caballos de Yeguada Mendoza. Sus consejos a la hora de elegir un buen caballo son muy útiles para los profanos en este mundo.
Atendiendo a la finalidad que vaya a tener el caballo, hay que elegir la raza y tener en cuenta una serie de características. Dentro de este apasionante mundo, encontramos cientos de razas y varias disciplinas para la monta de caballo. Tanto si la finalidad es la doma clásica como el simple hecho de tener un caballo con quien poder trotar sin rumbo ni dirección, es importante conocer ciertos aspectos de la especie.
Siendo así, para elegir un buen caballo, siempre hay unos factores comunes a tener en cuenta, luego en función de la finalidad de cada ejemplar, se determinan unas características más concretas.
A tener en cuenta para todos los caballos
Independientemente de que vayas a montar por el campo o dedicarte al salto con tu caballo, tienes que saber elegir el ejemplar adecuado. Para ello, los expertos, aconsejan valorar los siguientes aspectos:
- La raza es un factor determinante. Algunas de ellas poseen unas habilidades muy definidas. Al igual que sucede con los canidos, la elección de la raza, determina unos ciertos rasgos de carácter, línea, temperamento, etc. La aptitud de algunas razas para ciertas disciplinas ecuestres es mayor que la de otras que muestran más habilidad para galopar, por citar un ejemplo.
- El sexo del animal puede ser importante según las pretensiones. En el caso de los machos, considerar que este castrado o entero puede determinar en gran medida su carácter. Los caballos suelen tener mucho temperamento cuando están enteros, además de las consecuencias de estar cerca de una yegua en celo.
- Los años que tenga el ejemplar a la hora de adquirirlo. Según su finalidad, puede ser preferible uno más joven o más maduro. Por ejemplo, si se trata de comprar un semental, un ejemplar maduro siempre será una elección más adecuada.
- La aptitud del caballo debe valorarse detenidamente. Tan importante como el aspecto físico del caballo es la aptitud que demuestre para un fin concreto.
- El árbol genealógico proporciona una idea de cómo va a comportarse el animal. Teniendo información sobre sus padres, hermanos y abuelos, es posible evaluar cómo va a comportarse y como puede ser su descendencia.
- Su aspecto físico, es decir la conformación del ejemplar. Valorar su estructura, la altura, la musculatura, su movimiento, la energía y el porte, es fundamental a la hora de decantarse por uno u otro ejemplar.
Estos factores, no son de por si determinantes, pero si son relevantes a la hora de decidir que caballo vas a llevarte contigo. Como decimos, la finalidad del caballo, puede no requerir que estos factores cumplan unos requisitos extremos. Las exigencias se presentan cuando el caballo tiene una finalidad concreta que descarta el simple gusto de tenerlo como compañero.
Según su finalidad
Dentro de la hípica o la equitación, existen diversas disciplinas en las que participar con un caballo. Entre ellas, la doma clásica, la doma vaquera, el salto, el raid, las carreras, el polo o los enganches.
Teniendo en cuenta las habilidades necesarias para realizar alguna de estas disciplinas, habrá que valorar otros aspectos más concretos del caballo.
Algunas razas están más predispuestas para la hípica clásica que otras. Valorar su aspecto físico y en movimiento, comprobar su nivel de adiestramiento y la compatibilidad con el futuro jinete, que no ha de ser el propietario necesariamente.
Si vas a dedicarte con tu caballo a la disciplina raid, debes tener en cuenta que el ejemplar, debe ser enérgico, poseedor de una gran resistencia tanto física como psicológica y estar entrenado antes de competir. Las razas árabes son una excelente opción para esta finalidad.
Dentro de la doma clásica, el espectro se abre un poco más. Las razas más proclives son las deportivas, Hannoveriano, PRE, etc. Deben ser equilibrados y formar un buen equipo con el jinete.
Para competir en la disciplina del salto, es importante que el caballo, sea enérgico y flexible. Le debe gustar el salto y no ser temeroso. Una raza perfecta puede ser el pura sangre inglés.
En cuanto al concurso completo, se reno quiere un animal versátil, dado que en esta disciplina se realizan saltos, doma o carrera. Una raza adecuada puede ser el caballo de deporte español.
Los caballos tipo quarter Horse o media milla, son perfectos para la doma western. Deben ser fuertes y estar entrenados antes de participar. Enérgicos, briosos y con un temperamento dócil para realizar los ejercicios de doma previstos.
No obstante, a la hora de elegir un buen caballo, si no eres experto o experta, lo mejor es dejarse asesorar por los que sí lo son. Observar al animal de frente, de costado, quieto y en movimiento, proporciona una idea de su comportamiento y estado físico. Sin embargo, siempre hay que contar con un veterinario que revise su estado de salud y sus capacidades.
En el caso de que el ejemplar vaya a ser destinado a otros fines, como iniciación en la hípica de niños, habrá que contar siempre con ejemplares muy templados y habituados a ser montados.
El universo ecuestre es apasionante y abarca un sinfín de campos. Para adentrarte en este mundo, lo mejor es aprender de los expertos, informarse y por supuesto, montar a caballo.